Desde agosto del año pasado, el jardinero emprendió la tarea de ubicar, con llamadas telefónicas y mensajes de texto, a todo candidato disponible para actuar con Holanda en la tercera edición y convencerlos de anotarse con el equipo.
"Pudimos traer a casi todos los mejores jugadores que teníamos y gran parte del crédito se lo debemos a él (Andruw), por eso es que mañana vamos a disputar una semifinal", dijo el domingo el manager de Holanda Hensley Meulens. Holanda, que enfrenta al lunes a la República Dominicana, se encuentra en semifinales del Clásico por primera vez.
Jones es uno de 10 jugadores nacidos en Curazao dentro del roster de Holanda, así que es habitual escuchar el papiamento en las conversaciones y juegos de cartas dentro del vestuario.
No hay duda es que el líder de un conjunto en el que sobresalen muchos jugadores que eran niños que le idolatraban cuando hizo su irrupción en Grandes Ligas con los Bravos de Atlanta.
Uno de esas promesas es Jurickson Profar, de 20 años.
"Su influencia ha sido enorme", dijo Jurickson Profar, el infielder de los Rangers de Texas que es considerado como el mejor prospecto al inicio de esta temporada. "Todos crecimos viéndole. Todos. Era el único pelotero que teníamos (en Grandes Ligas). Todos crecimos queriendo ser como él".
Jones debutó en las mayores en 1996, ganó 10 veces consecutivas el Guante de Oro entre 1998-07 como jardinero central y fue seleccionado en cinco ocasiones para participar en el Juego de Estrellas. Bateó 434 jonrones a lo largo de 17 temporadas en Grandes Ligas, las últimas dos como suplente con los Yankees de Nueva York.
A casi un mes de cumplir 36 años, Jones se prepara para emigrar a la pelota de Japón, donde jugará con los Rakuten Eagles de la Liga del Pacífico tras firmar con un contrato de una campaña por 3,5 millones de dólares.
Aparte de Profar, Andrelton Simmons (Bravos), Xander Bogaerts (Medias Rojas) y Jonathan Schoop (Orioles) son señalados como futuras estrellas de Curazao y Aruba en las mayores.
Todos ven a Jones como un ejemplo, y el jardinero se ríe cuando le dicen que proyecta una figura paternal.
"Bueno, pero yo no quiero ser el papa de ellos. Eso implica ser responsable de muchos niños", señaló Jones, quien en este Clásico batea para .348 (ocho hits en 23 turnos). "Estoy orgulloso de ellos, de todos. Hemos logrado armar un equipo que se ha unidos para hacer las cosas bien. Estoy al tanto de esos elogios, que crecieron viéndome jugar y querían llegar al mismo nivel en el que estoy".
"Ahora la puerta se ha abierto y están saliendo muchos jugadores de Curazao, y realmente estoy sorprendido de la cantidad de peloteros que tenemos en las menores que están cerca de brillar en Grandes Ligas", añadió Jones, quien jugó en la primera edición y se perdió la segunda.
Meulens resalta que la experiencia y profesionalismo de Jones ha sido un aporte fundamental para la armonía y cohesión que irradia el equipo holandés.
"Realmente se ha visto en este torneo. Ha sido el mentor de varios jugadores", dijo Muelens. "Ha mostrado liderazgo dentro y fuera del terreno. Ha jugado con mucha pasión y mucha determinación, dando el ejemplo en el terreno. Y es fácil contagiarse con eso. Cuando eres una estrella y respondes al jugar, es más fácil que tus compañeros te respondan a lo que tu pregonas".