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La historia muy reciente sugiere que no es muy productivo señalar a un equipo como favorito a esta altura.
Los Angelinos de Los Angeles deben ser felicitados por el doble-golpe de firmar a Josh Hamilton y a la vez quitarle el super-talentoso jardinero a sus rivales, los Rangers. Pero al mismo tiempo, el contrato de cinco años y US$125 millones otorgado a Hamilton debe de ser acompañado de una advertencia.
Hace un año se pensó que los Angelinos habían "ganado" la temporada muerta. Habían firmado al dominicano Albert Pujols y a C.J. Wilson. Para mucha gente, la interrogante no era si ganaría Los Angeles el Oeste de la Americana, sino cuándo.
Pero hubo que jugar los partidos. Pujols tuvo un pésimo comienzo del 2012. Reaccionó para tener lo que sería para muchos peloteros una campaña para el recuerdo, pero para el quisqueyano fue la menos productiva de su carrera. En su totalidad, el 2012 de Wilson no fue muy por encima de una campaña común y corriente. Y los Angelinos que "no podían fallar" terminaron en el tercer lugar de la División Oeste.
La reacción ante la firma de Hamilton es como una repetición de lo que se generó con las adquisiciones de Pujols y Wilson.
Sí, Hamilton era el mejor jugador de posición en el mercado libre este invierno. Sí, en un día determinado puede ser el mejor pelotero del mundo. Su combinación de habilidades, cuando están a toda máquina, lo hace una de las mayores figuras del béisbol.
Pero, pero, pero. El historial de Hamilton con la drogadicción es de hace tanto tiempo que no debe ser la mayor preocupación. Más alarmante es la cantidad de lesiones que ha sufrido. Una sola vez ha jugado en más de 150 juegos en una temporada. Sí, se ha lastimado chocando con paredes en los jardines, pero algunas de sus molestias son casi inexplicables.
Cuando los Rangers dejaban escapar una ventaja sobre los Atléticos en el Oeste, perdiendo el título divisional al final, Hamilton fue parte del problema, no la solución. Se ponchó 16 veces en sus últimos 35 turnos en la temporada regular.
No obstante, contando con la mejor situación posible-y eso es lo que se hace cuando alguien recibe US$125 millones garantizados-un Hamilton en salud será parte de un inmenso lineup de los Angelinos. Con Hamilton, Pujols, Mike Trout, Mark Trumbo, etc., este grupo debe de ser difícil de detener o hasta desacelerar.
¿Y en el montículo? Los Angelinos han reforzado su bullpen, con Ryan Madson y Sean Burnett. Pero su rotación abridora, tomando en cuenta la partida de Zack Greinke, no luce muy formidable que digamos.
Es posible que los Angelinos tengan más movimientos en agenda para el invierno. Con un superávit de jardineros, podrían cambiar a Peter Bourjos por pitcheo.
Otro motivo para no cantar victoria todavía en Anaheim es la calidad de los otros equipos en el Oeste, con la excepción del recién llegado Houston.
Si se base en los números, el Oeste de la Americana fue la mejor división de Grandes Ligas en el 2012. Para Texas será difícil sustituir a Hamilton, pero eso no significa que los Rangers vayan a colapsar. Tendrán pitcheo de calidad y en cantidad, además de un buen sistema de liga menor. No fue por nada que ganaron dos banderines de la Liga Americana en forma consecutiva.
Los Atléticos, ganadores de la división la temporada pasada, sorprendieron a todo el mundo. Pero cuando uno ve detenidamente su pitcheo, el éxito de Oakland no debe ser tan sorpresivo. La tropa de Bob Melvin no va a desaparecer tampoco. Hasta los Marineros dieron algunas señales de mejoría en el 2012.
En sentido general, los Angelinos se han reforzado y a la vez le han hecho daño a los Rangers. Han agregado al agente libre con el mayor potencial de impactar un juego de pelota.
Este esfuerzo masivo de Los Angeles de volver a la postemporada, luego de tres años, debe ser aplaudido. Pero hay que aguantar las celebraciones de un campeonato.