Quedó Brasil y desaparecieron del mapa Argentina y Uruguay, hasta que Puerto Rico, y otra generación del propio Brasil se encaramaron en los primeros puestos de Mundiales y Juegos Olímpicos en los ´80 y ´90.
Este último Brasil tenía marca propia con los nombres de sus estrellas: Oscar-Marcel-Pipoca-Israel. Puerto Rico, parecido: Piculín Ortiz, Jerome Mincy, Ramón Rivas, Eddie Casiano. A pesar de su gran nivel, ninguno pudo sin embargo llegar a una final en los dos torneos más importantes que tiene este deporte.
Argentina, en esas dos décadas donde tuvo pocas alegrías y muchas tristezas, tenía ante ambos una historia negra. A Brasil estuvo sin ganarle un partido entre 1980 y 1993. Puerto Rico era la bestia negra. Peor aún.
Argentina no pudo vencer nunca en torneos internacionales a los boricuas hasta 1995. Ni en FIBA Américas, ni en Mundiales. Fue en Neuquén, en 1995, donde el mito se quebró. Y de qué forma. Aquella Argentina dirigida por Guillermo Vecchio y comandada por Marcelo Nicola ofensivamente, le dio tal paliza que el historia se borró al instante: 105-70, con una memorable actuación colectiva en el Ruca Ché.
Ese día cambió la historia. Si bien Puerto Rico nos ganó la final de ese mismo Preolímpico, Argentina volvió a ganarle al año siguiente en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Puerto Rico volvió a ser mejor en 1997 (Premundial de Uruguay), y allí empezó un amplio predominio argentino, ya con la Generación Dorada mostrando sus primeros frutos.
En 1999 se dio la primera gran prueba: dos triunfos argentinos, por el Preolímpico, y en Puerto Rico. Argentina no fue a Sydney 2000 porque nunca pudo recuperar su posición tras caer ante el Canadá de Nash en la primera fecha.
Entre 1999 y 2009 se hilvanaron siete victorias al hilo, perdiendo la semi del Premundial 2009, pero ganando otros dos en Mar del Plata 2011. Es decir, 9 de los últimos 10 choques quedaron para los argentinos.
Ya no asustan los nombres rivales, como los Oscar, los Piculín, sino que ocurre el efecto contrario: nombrar a Ginóbili o Scola es nombras dioses, que en Argentina nos cuesta medir, por una cuestión lógica: no hicimos el mismo clic que el resto porque los fuimos viendo crecer.
Argentina, en este período, quebró también la historia del básquetbol mundial al lograr el subcampeonato mundial 2002 y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos 2004, y volvió a subirse al primer escalafón mundial, como había ocurrido en los inicios de 1950.
Fabián García / fabiangarcia@basquetplus.com
Enviado especial a Caracas (Venezuela)